jueves, 16 de mayo de 2013

Nostalgia y recuerdos

Encuentro en la escritura esa terapia que me permite liberarme de ciertos pensamientos que martillean mi cabeza... Hoy es una de esas noches en las que mi cerebro no deja de pensar y de formular interrogantes sobre diversos aspectos.
Estoy a menos de dos días de mi esperado viaje y la ansiedad me embarga. Siento que hay aspectos en mi vida que no están de la forma que me gustaría que estuvieran. 
Lamentablemente las personas nos damos cuenta de lo que tuvimos, solo, cuando dejamos de tenerlo, cuando se siente el vacío y la sensación de nostalgia... la famosa 'saudade' que tanto ha marcado a mi hermano. 
Es esa mezcla de tristeza y gozo al revivir un instante de alegría que ya no existe más, que fue aniquilado por las manecillas del reloj de la vida y que solo puede ser resucitado a través del recuerdo y la memoria. 
Así me siento hoy. Con nostalgia de la persona que me consentía, que me protegía y me demostraba de mil maneras su inmensa felicidad al tenerme a su lado. 
Era imposible imaginarme sin aquel ser que era el responsable de tantas risas y momentos de amor. 
Pero esta noche los recuerdos me llenan de nostalgia. Estoy escribiendo, plasmando lo que siento y vienen a mi cabeza sus resentimientos, los motivos por los que supuestamente cambió. Motivos que me señalan como la causante de aquella transformación que dista de la persona que me hizo mirar la vida con otros ojos y aprender a valorar otras cosas que no tienen una cifra para cuantificar. 
Sé que todavía tengo mucho por vivir y aprender, pero quisiera que a veces las lecciones fueran menos duras. Estoy esforzándome por dar el primer paso para retomar los detalles, las frases de cariño y preocupación, mas no veo la respuesta a aquel estímulo. 
Duele ver que algo se deteriore y saber que si no se hace algo pronto, terminará perdiendo su vida, como una enfermedad a la que no se trata, que no se le presta atención hasta que las defensas del cuerpo ya no la pueden combatir, y así, el organismo cae, se rinde y marca el fin de su existencia. 
El tiempo ya está transcurriendo y aún no llega el antídoto para la indiferencia... 

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