martes, 5 de noviembre de 2013

Una dualidad en mí

Tengo 23 años, aunque en ocasiones podría parecer de 12 y en otros de 40. Creo que esa dualidad me permite adaptarme a las diversas circunstancias y actuar de acuerdo al momento.
Con defectos y errores, trato cada día de superarme. No puedo poner la cabeza en la almohada sin que aquel toque mágico del algodón y mi cabello me lleve a pensar en todo lo que hice durante el día y en lo que me falta por hacer.
Eso se vincula con la lectura de una compañera de la palma de mi mano. No es que crea que mi vida está escrita en unas cuantas líneas, pero mencionó algo que me llevó a reflexionar. Contempló mi mano izquierda y me dijo que estoy muy preocupada por mi destino y por cumplirlo.
Aunque me sorprendió que unas cuantas líneas horizontales, verticales y transversales pudieran revelar algo de mí, debo confesar que aquella descodificación resultó acertada.
Trato siempre de superarme, de dar más de mí, de aprender otras cosas y trabajar por las metas que me trazo.
Sé que no estoy sola en medio de este camino sinuoso al que llamamos vida. Lo transito de la mano de las personas que amo y me aman, de aquellas que conocen realmente que detrás de un rostro sonriente, que canta todo el día y que a veces reacciona de forma brusca cuando se enoja, hay una persona dispuesta a cualquier sacrificio por un ser amado.
Detrás de mis fallas y de la aparente superficialidad, existe una mujer que tiene sueños, que está pendiente de cada detalle de su vida porque sabe que hasta el más pequeño elemento permite acercarse a cada meta.
No todos logran conocerme realmente. Pocos saben lo que hay en mi corazón, mi capacidad de ayudar al otro que a veces me quita el sueño.
Pienso mucho no solo en mi vida, sino en la de los otros. En lo afortunada que soy de haber nacido en el hogar que crecí, de tener como pilares a dos personas maravillosas que tuvieron la dicha de encontrarse.
En la suerte que tengo de hacer todos los días actividades ligadas a lo que me apasiona… el periodismo. De ver que estoy rodeada de personas de las que recibo cariño y frases de aliento.
Soy más que aquella chica sonriente. Pero eso solo lo descubren quien deja de pensar en mi exterior y se concentra en conocerme.
Sé que la vida se encarga de poner en nuestros caminos a las personas que aportarán en nuestro destino de una u otra forma. Agradezco que a mis 23 años ya haya aprendido muchas cosas, haya pasado por algunas experiencias que me han permitido crecer, madurar, ver la vida de una manera distinta.
Aquí sigo, en este camino de lucha y perseverancia. En medio de rabietas, propias de mis 12, y de mi compasión por el otro y poder de empatía, propios de mis 40.
Y en la mitad está la joven de 23 que con sus grandes ojos observa al mundo maravillada por su creación y con esa fuerza y el ímpetu de creer poder llegar a Marte… Así soy yo

1 comentario:

  1. Roxana... tu eres grande... y siempre lo serás... eres maravillosa y si la vida se encarga de ponerte las personas en el camimo... Lastimosamente te has cruzado uno peor que el otro... pero tranquila vive, disfruta, en algún momento tu tiempo llegará y serás feliz...

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