jueves, 5 de diciembre de 2013

Con las alas rotas

Eran dos corazones que latían al unísono, pero la llegada de un ser sin luz trastocó aquel compás y arruinó la sinfonía.
Las notas que sonaban a la par se convirtieron en los destellos de un reloj de cuerda que ya no quiere dar la hora.
El ingreso de un ser sin luz fue permitido y dañó la armonía de aquel repique de tambor que se convertía en un motor de vida.
Las manecillas no se detuvieron, pese al profundo deterioro que el arribo de aquel ente significó. El tiempo siguió su curso y los dos corazones, uno que funcionaba a medias y el otro que se esforzaba por reparar el daño, buscaban recuperar el balance que equilibraba sus días.
Pero la herida fue mortal. La pérdida del compás afectó un órgano vital que no era el responsable de la llegaba de aquella sombra que envolvió con su oscuridad una historia de más de 24 meses.
Pese a eso, llegaron a los 36, en medio de la lucha constante por recuperar el flujo sanguíneo, por retomar el latido armonioso que había sido alterado.
Sin embargo, aquel corazón casi descompuesto finalmente pudo realizar una evaluación de su estado, descubriendo la amarga verdad del papel arrugado que es imposible volver a estirar.
Y se convirtió en una grieta por la que paulatinamente empezaron a descender otros sentimientos como la ilusión, la emoción, la alegría y ya no volvió a acelerar su pulso cuando se acercaba al que en algún momento fue su otra mitad.
Aquella alma desquebrajada se transformó en algo desconocido. Fue el resultado de las acciones de un corazón que no supo valorar la importancia de encontrar otro con el mismo compás, con las mismas ideas, con el mismo ímpetu.
El reloj sigue girando y aquella alma de corazón que funciona a la mitad, también tiene las alas rotas.
Perdió la credibilidad en el sentimiento que muchos aseguran es el motor de la vida. No hay respaldo teórico al respecto.
Con las grietas en su pecho trata de aprender cómo levantar nuevamente el vuelo… Difícil misión. Fue forzada a asumir un reto sin preparación. Deberá regirse por la intuición y quizás, algún día, si tiene suerte, podrá otra vez creer que existe otro latido de igual ritmo y sincronizar sus pasos. Por ahora aún está tratando de volar con las alas rotas.

1 comentario:

  1. Te recomiendo escuchar una canción que yo escuché muchas veces... es una de Maná que habla de lo mismo... y deberías analizar partes de esa canción... "tengo muchas alas"

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