miércoles, 30 de marzo de 2011

Por qué escribo?

Hace un mes aproximadamente plasmé mis últimos pensamientos. Eran letras dirigidas al amor, como son las que suelo enlazar con mayor facilidad. Mas el texto romántico esperanzador o trágico no es la única forma de escritura que me suele fluir. Una meditación sobre la vida, los problemas del mundo, una cierta divagación en mi mente, una historia de ficción, una pequeña queja de índole social, son tan solo algunos de los temas que abordan con frecuencia mi pluma... En este caso, mi teclado.

Esta noche, mientras escuchaba música me puse a meditar por el motivo que ha impedido a mis dedos desplazarse rápidamente sobre las teclas para darle forma a aquello que quiero expresar, durante las últimas semanas. En ese instante me abordó de manera súbita una pregunta que se convirtió en el título de este texto. Por qué escribo? Mis ojos se perdieron en el vacío ante la interrogante. "Por qué escribo?", murmuré.

Creo que en ciertos seres humanos prima la necesidad de convertir lo intangible en algo material, algo que se pueda producir y reproducir entre los miles de cerebros que reciben la información mediante la sinapsis de miles de neuronas. Pertenezco a ese grupo que busca hacer tangibles sus pensamientos, arriesgándose a escribir en unas líneas lo que el sonido tal vez no pueda expresar con mayor proeza.

Hay ciertas cosas que prefiero callar, que no las comparto con nadie. Mas hay otras que traslado a la mente de otros para sentir que las exterioricé aun cuando no reciba una respuesta sobre ello. Siento que eso es lo que ocurre cada vez que escribo en este blog. Cada post tiene algo de mí. No al cien por ciento, porque me gusta mantener cierto misterio y ocultar mis verdades más controvertidas. Pero ciertamente, en esta página me desnudo un poco ante los ojos de quienes decidan emplear su tiempo leyendo lo que escribo.

Entonces escribo para exponerme? No, no creo que sea así de simple y básico. Escribo para transmitir una idea que en ocasiones me taladra el cerebro, al buscar con desesperación una salida en mis manos. Escribo para compartir ciertos pensamientos que pueden multiplicarse al entrar en contacto con otros mundos, con otras realidades muy ajenas a la mía. Escribo para comunicar algo y eso debe ser básico, puesto que aspiro a vivir de la comunicación masiva. Escribo para sentir. Escribo para volar y concretar en un texto todo lo que todavía no puedo hacer realidad. Escribo para amar lo que me hiere. Escribo para odiar lo que me gusta.

Son muchas las razones que me motivan a sentarme frente a una máquina a compartir a través de un mecanismo de 1 y 0 todo lo que le permito exponer a mi pensamiento. Y aquí estoy, retomando la escritura en mi blog a través de una meditación sobre los estímulos que me impulsan a escribir. Creo que esto se convierte en una manera mágica de recomenzar. En este momento escribo para darle forma a esa interrogante que se coló en mi cerebro, para otorgarle una respuesta que fuera digna de la naturaleza de la incógnita. Y es que la mejor manera de responder por qué escribo... es escribiendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario