sábado, 2 de abril de 2011

Los jirones de mi truncado destino

Dormida. Un beso me hizo sonreír y un abrazo reconfortó mi alma. Abrí los ojos y no había nadie. No hay nada más doloroso que soñar con una realidad que no existe más. Si las palabras en esta noche consiguieran descargar en este escrito lo que anhelo gritar, quizás podría dejar una constancia de que no será injustificada mi actitud.

No le encuentro sentido a lo que hago, a lo que quiero y a lo que espero llegar a ser. Tantos sueños se desquebrajan en ese adiós que ninguno buscó, que no merecemos y que fuimos forzados a dar. Cómo puedo seguir adelante en este materialista mundo infernal que vacía el contenido de las personas y lo reemplaza por un signo de dólar? Cuál es el aprendizaje de esta sublime historia que culmina ahora?

Una mezcla extraña de emociones me embarga esta noche. En los momentos que me he hundido, he encontrado la fuerza para continuar. Mas estoy sola. Sola con mi dolor, con mi culpa y con mi destino que ha sido maltratado, desviado y truncado. Esa energía que se requiere para seguir caminando, es una quimera en este instante. Me desplazo por inercia. Las lágrimas fluyen sin ningún tipo de esfuerzo. Solamente caen una tras otra. Saladas. Dolorosas.

Pensamientos que jamás pensé tener me acechan. Mas la cobardía me vence. Comienzo a dudar si son tan descabellados como parecen y si en realidad pueden resultar ser esa solución a esta opresión en mi pecho. Dicen que el amor aumenta con el tiempo que se permanece junto a esa persona. En este caso no fue necesario eso. Quizás no comprendan la magnitud de mi pena. Pero no me interesa. Soy yo la única que puede saber lo que siente y lo que ya no quiere sentir.

Quisiera tronar los dedos y que todas las personas se esfumaran para poder desprenderme del torbellino de sentimientos que me torturan. Pero debo ver frecuentemente a aquellos seres causantes de tanto dolor. Debo interactuar con ellos porque forman parte de mi vida. -Está enferma? -pregunta uno de ellos. Yo solo pienso que mi padecimiento no es físico, es del alma. Y que aquel tipo de "enfermedad" es peor que cualquier dolor externo. 

Qué es lo que ellos han aniquilado en mí? Mis ganas de sonreír, mi fuerza para luchar, ese impulso vital que me impedía pensar la solución que ahora se cruza por mi mente, mi inocencia de creer que el amor todo lo puede y todo lo soporta, mis sueños de formar un hogar a partir de ese sentimiento puro que crecía con brío en mi corazón, creer que cuento con el apoyo de una estructura que supuestamente fue diseñada para comprender a sus miembros... Todo eso ya no lo pienso más. Han reemplazado un órgano por una roca. 

Estos son los jirones de mi truncado destino. Expongo una historia forzada a finalizar con un beso en la frente, mientras las lágrimas se deslizaban por mis mejillas. Una relación señalada por el prejuicio y el interés. Un dolor provocado por una oposición que transformó mi alegría en llanto, mi dicha en desdicha, mi compañía en soledad, mis sueños en pesadillas... No hay nada más doloroso que decir adiós cuando el sentimiento permanece intacto, cuando el complemento entre los dos es casi imposible de concebir por la perfección que evidencia, cuando la decisión es presionada por unos entes descorazonados que ni siquiera se aproximan para saber cómo estoy. Esto duele. 

"No lo vayas a estar publicando por redes sociales", me dijo uno de ellos. Acaso eso es lo único que le interesa? La opinión de los malditos terceros que no consiguen ni arreglar sus propias vidas y por eso juzgan a los demás. Siento que desconozco a estas personas. Y ellas me desconocieron a mí. Soy una decepción para aquellos seres. 

Te extraño y te extrañaré por siempre. Si la cobardía me da tregua, podré llevar a cabo ese pensamiento desquiciante que aparece una y otra vez. Ya no sé qué es lo mejor para mí. Tú no estás. Lo demás perdió su color. Soy un retrato descolorido que comienza a deteriorarse. Una rosa que ha sido cortada de raíz y que solamente percibe unos minutos más para continuar aquí. Solo anhelo un instante de paz.


Tristesse 
(Milton Nascimento e Maria Rita)

Cómo me puedes pedir 
para que yo hable de nuestro amor?
Que fue tan fuerte y todavía lo es
Pero cada uno se fue

Cuanta nostalgia brilla en mí
Si cada sueño es tuyo
Le diste vuelta a la historia en tu vida
Pero para mí no murió

Recuerda, recuerda, recuerda 
cada instante que pasó
De cada peligro, de la audacia, del temor
que sobrevivimos
que cubrimos de emoción
Vuelvo a pensar, entonces

Siento, pienso, espero
permanezco tenso
todo el tiempo
que nos encontramos
nos miramos sin vivir
Deja de fingir 
que no soy parte de tu mundo
Vuelvo a pensar, entonces




* Será que este no es el fin...?

1 comentario:

  1. Lastimosamente esta sociedad y sus estereotipos... Que creen de que uno es feliz cuando el dinero abunda, y dejan de un lado los sentimientos... Le ponen bolsillos a sus corazones... La palabra amor la cambian por interés... Las 3eras personas, sus comentarios... Siempre buscarán su felicidad en la infelicidad de otros... Y más aun... Afectan cuando estas 3eras personas son seres sin emoción... Que nunca conocieron el amor o peor aun, se olvidaron de este sentimiento... Cuidate mucho, jamás te olvidare...

    ResponderEliminar